Marina de Guerra de los siglos XVIII y XIX: Una alianza no deseada
Príncipe de Asturias |
Nos encontramos en plena Revolución Francesa, hay
pequeñas escaramuzas especialmente en la frontera catalana. La paz definitiva
con Francia se firmó en Basilea el 22 de julio de 1792 y en un increíble cambio
de alianzas, Carlos IV, se alió el año siguiente, con Francia, por el tratado
de 1792 Ildefonso de 18 de agosto de 1796. Esta alianza fue considerada por
muchos "contra natura", algunos ante la mala situación de la Armada
para afrontar una guerra contra los británicos, se opusieron a ella. Tal
es el caso de Alejandro Malaspina, quien pagó su osadía con el destierro a
Italia. También José Mazarredo comunicó a sus superiores, el pésimo estado de
la Armada, debido principalmente al desvío de recursos al Ejército, valiéndole
el ser destituido como jefe de la escuadra de Cádiz, y conducido de
cuartel al Ferrol.
Aun no había comenzado, oficialmente, la guerra,
cuando parte desde Cádiz la escuadra de don Juan de Lángara, compuesta
por 26 navíos y 14 fragatas, dando escolta hasta adentrarse en el
Atlántico a la francesa del contralmirante Richery, con 7 navíos y 4
fragatas, que se dirige a efectuar un raid sobre Terranova, que efectuará con
éxito.
Alejandro Malaspina |
Al volver Lángara al Mediterráneo, dio caza a la
escuadra de Mann, que se batió en retirada, perdiendo un transporte y un
bergantín. Al poco se topó en Córcega, con la de Jervis, de sólo 15
navíos; la ocasión era perfecta, pero Lángara, la dejó pasar y
fondeó en Tolón, donde se reunió con la escuadra francesa de 12
navíos, mandada por el contralmirante Villeneuve, escoltándola hasta el
Atlántico en su viaje a Brest, volviendo después a su base. Los británico ante la
situación, decidieron retirarse del Mediterráneo.
Juan de Lángara |
Se producen continuos enfrentamientos aunque de escasa
importancia. El 13 de octubre de 1796, a la altura del cabo de Gata, se
encuentran la fragata española Mahonesa,
de 34 cañones, al mando de don Tomás de Ayalde, y la inglesa Terpsícore de 40 al mando de Richard Bowen.
El combate se prolongó por dos horas, con el resultado de la rendición de la
fragata española. El 2 de diciembre fue apresado, sin apenas resistencia el
bergantín Correo, por la fragata Southampton, de 34 cañones.
Pero no todo iban a ser descalabros para nuestros
intereses. A finales de 1796, el ya capitán de navío Horacio Nelson,
regresaba de aguas italianas, con las fragatas Blanche de 32 cañones y la Minerve
de 38, donde enarbolaba su insignia de comodoro. Y se iba a producir su única derrota
naval. A eso de las 11 de la mañana del 19 de diciembre de 1796, a la altura de
Cartagena, avistaron dos fragatas españolas, la Santa Sabina de 40 cañones al mando de don Jacobo Stuart, y la Santa Matilde de 34, al mando de don
Miguel Maria Gastón de Iriarte. Inmediatamente comenzó el combate entre la Minerve y la Santa Sabina por un lado, y entre la Blanch y la Santa Matilde
por otro.
José Mazarredo |
El combate se prolongó por unas tres horas, hasta que
cedió el palo de mesana de la Santa
Sabina. Se trasladó una tripulación de presa a la fragata española para
darle remolque, debido al penoso estado de su aparejo. Pero Nelson conservó por
poco tiempo su presa, a eso de las 04:30, apareció la Santa Matilde, Nelson ordenó soltar el remolque y enfrentarse
a la nueva fragata. Llevarían media hora zurrándose, cuando aparecieron varias
velas españolas que salían de Cartagena. Eran las fragatas Ceres y Perla, seguidas
de cerca por el formidable tres puentes, Príncipe
de Asturias.
Nelson aunque se le había incorporado la Blanche, nada podía hacer ante la
superioridad española, decidiendo batirse en retirada. En la apresada Santa Sabina, había quedado la tripulación
de presa, al mando de Hardy, amigo personal de Nelson, que mandó el Victory en Trafalgar, y en cuyos
brazos murió el almirante inglés, Hardy intentó la resistencia, pero tuvo que
rendirse. A pesar de que el resultado no fuera importante, si que lo fue en
cuanto a victorias.
Pero aun quedaría un combate más, cuando el navío
de 74 cañones San Francisco de Asís,
fondeado en Cádiz, perdió sus anclas por una tempestad, teniendo que
hacerse a la mar para no irse contra la costa. Nada mas dejar el abrigo de
Cádiz, su comandante, don Alonso de Torres Guerra, se vio atacado
el 26 de enero de 1797 por una división de cuatro fragatas enemigas, la
superioridad de fuego de estas, estaba en parte compensada por el mayor calibre
de la batería baja del navío español, en la robustez de sus costados, y en la
pericia de Torres, que hizo retirarse a las cuatro fragatas, con daños
considerables.
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