Retrato de Alfonso V de Aragón y Biografía de Juan de Juanes

Retrato de Alfonso V de Aragón
JUAN DE JUANES

    Sobrenombre de Vicente Juan Macip, nacido en Fuente La Higuera o en Valencia en 1507 y fallecido en Bocairente en 1579. Es, sin lugar a duda, uno de los pintores más importantes del renacimiento español, dominador del panorama valenciano de mediados del siglo XVI. La autoría de algunas de sus obras está todavía en discusión, adjudicándoselas a su padre, el pintor Juan Vicente Macip que, ya en 1493, fue uno de los grandes pintores valencianos de la primera parte del quinientos.

    Su hijo comenzó a trabajar en el taller paterno y juntos colaboraron en la realización de numerosos trabajos. El nombre de Juan aparece por vez primera en relación con el retablo de la catedral de Segorbe, en 1531. Es por esos años cuando se aprecia una profunda renovación estilística en la obra de Juan Vicente Masip. Se duda si la maduración lograda por su hijo Juan influyó en el padre, o si, por el contrario, fue la influencia de éste la que marcó dicha evolución en el hijo. Lo cierto es que a partir de los años treinta, Juan de Juanes se afianza como la personalidad dominante del taller, y llega a convertirse en la figura artística más respetada y requerida de Valencia.

    Juanes estuvo en contacto con la cultura literaria y los importantes círculos humanísticos de la capital virreinal y parece haber sido un artista de intensa preocupación intelectual, que dominaba el latín, y quizá a causa de ello latinizó su nombre, haciendo parangonable su obra con la de los mejores pintores de la Antigüedad, y huyendo del más pedestre apellido «Macip».

    Su pintura tiene un componente flamenco que pudo renovar visitando las colecciones de personajes notables a los que frecuentó, como Mencía de Mendoza. A ello se une la influencia predominante italiana, que desde el leonardisimo presente en la Valencia de los Hernando, se actualiza con la influencia de Rafael y el conocimiento de la pintura de Sebastiano del Piombo. Las obras de este último, traídas a Valencia por Jerónimo Vich, embajador en Roma hasta 1521, son indispensables para entender la pintura de Juanes, cuyos modelos se encuentran ya en el comentado retablo de Segorbe.

    Las influencias italianas son tan evidentes que han hecho pensar en un posible viaje de Juanes a Italia, sin embargo, podrían explicarse por el pleno conocimiento del arte italiano que el artista pudo adquirir en el ambiente artístico valenciano. Es probable que hubiera visto la obra de Rafael a través de estampas y no directamente. Aunque en Juanes es preponderante la pintura de temática religiosa, también llevó a cabo obras mitológicas y una serie de retratos de los prelados de la catedral de Valencia, de Alfonso V y de don Luis Castellá de Vilanova, señor de Bicorp.

    Donde Juanes alcanza una de sus máximas cotas es en los lienzos del Retablo de San Esteban, pintados para el retablo mayor de la iglesia de San Esteban de Valencia hacia 1562 y que permanecieron allí hasta su adquisición por Carlos IV alrededor de 1800. En ellos el pintor se muestra en plena forma, dominando todos los recursos pictóricos.

    Exquisito dibujante, muestra a la vez un colorido rico y brillante, los fondos de las pinturas se articulan con evocadores paisajes poblados de arquitecturas y ruinas clásicas, compuestas como citas eruditas, mientras dota a sus personajes de una gestualidad retórica que demuestra su conocimiento y meditación sobre los tratados de elocuencia clásica.


RETRATO DE ALFONSO V DE ARAGÓN

    Es una pintura al óleo sobre tabla de 115 x 91 cm, realizada en 1557 por Juan de Juanes que se conserva en el Museo de Zaragoza. En el alféizar de la ventana aparece la leyenda «ALFONSVS QVIN/TUS ARAGONUM REX» (Alfonso V rey de Aragón).

    Este retrato fue pintado por encargo de los Jurados de la Ciudad de Valencia. Es una efigie más bien idealizada, ya que el artista no pudo conocer personalmente a Alfonso V, fallecido casi un siglo antes. Juanes se basó en una medalla conmemorativa de Pisanello de 1449, en la que se representa al rey aragonés con cincuenta y dos años. De ella tomó el pintor valenciano el modelo de casco y corona.

    Alfonso V rey de Aragón viste una armadura anacrónica, de época de Carlos I de España. La cabeza sin cubrir expresa la condición pacífica del rey llamado el Magnánimo. Es notable la serenidad de su rostro y la solemnidad que la cortina presta a la escena.

    En primer término, encima de la mesa, se presentan varios objetos de precisa significación: la corona alusiva a su condición real, el yelmo a su labor como conquistador del Reino de Nápoles en 1433 y un libro abierto bajo la corona que revela su título y autor: «DE BELLO CIVILI LIB. I» y «C. IVLI. CAESARIS» (La guerra civil de Julio César). El libro abierto es una de las divisas personales. Podría representar su defensa de la cultura y denotar su sabiduría, y figura asimismo en la corona, en la cortina del fondo, el pomo de la espada y el lateral del casco.

    El conjunto contribuye a presentar al rey con los atributos clásicos de fortitudo y sapientia, que se corresponden con el ideal renacentista de hombre ducho en las armas y las letras; o en otra formulación, triumphator et pacificus, como figura en la medalla de Pisanello.

    A través del ventanal se observa un paisaje con ruinas romanas, y se ha postulado que aparece en él la fortaleza de Castel Nuovo de Nápoles, residencia del rey de Aragón tras el traslado de su corte a esta ciudad.

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