Mariana de Austria, segunda esposa de Felipe IV


Hija del emperador Fernando III y de la emperatriz María de Austria, nació en Neustad el 21 de diciembre de 1634, tuvo una buena educación, preparándola para que pudiera ocupar puestos importantes en las monarquías europeas. Era una mujer alegre, amiga de lujos y le gustaba divertirse.

Desde muy pequeña queda comprometida con su primo hermano Baltasar Carlos, Príncipe de Asturias y en consecuencia heredero a la Corona española. Pero el príncipe Baltasar Carlos muere repentinamente en 1646. El Imperio español se encuentra sin heredero, y urge que el rey tenga hijos para asegurar el futuro de la dinastía de los Habsburgo en España. La elegida es Mariana de Austria, que así pasa de estar comprometida con su primo carnal Baltasar Carlos a ser prometida de su tío Felipe IV. En ese momento Felipe IV tenía cuarenta y cuatro años y Mariana quince.

La situación del Imperio en ese momento era muy grave, con sublevaciones en Cataluña, Aragón, Portugal, Andalucía…., los desastres de la guerra de los treinta años y la muerte del válido, el conde duque de Olivares. Las gestiones matrimoniales corrieron a cargo de Diego de Aragón, embajador de España en Viena. Las capitulaciones se firmaron, el 2 de abril de 1647. Celebrándose la boda por poderes el 8 de noviembre de 1648 en Viena. Mientras que la boda oficial tiene lugar el 4 de octubre de 1649 en Navalcarnero. Ceremonia presidida por el arzobispo de Toledo, Baltasar Moscoso.

Había serias dudas de que este matrimonio saliera bien, debido a dos motivos:

- La diferencia de edad, además Felipe estaba muy envejecido y sufría enfermedades venéreas, debido a la vida de desenfreno sexual que llevaba.
- El otro factor era la consanguinidad que se daba entre tío y sobrina. La Iglesia autorizaba sin ningún escrúpulo los matrimonios entre los Austrias, ya que ésta dinastía era el sostén político, económico y militar del Papado.


El rey era completamente infiel a Mariana de Austria, siguió con sus adulterios, lo que desagradaba profundamente a la reina.

Fruto de este matrimonio fueron los siguientes hijos:

- Margarita Teresa de 1651, que casó con el emperador Leopoldo I, siendo esta la infanta que aparece en el cuadro de las Meninas de Velázquez.
- María Ambrosia de 1655, nacida muerta.
- En 1656, nace una niña muerta a la que ni siquiera le pusieron nombre.
- Felipe Próspero de 1657, que vivió solamente cuatro años.
- Fernando Tomás de 1658, vivió solamente un año.
- Carlos, nace en 1661 y fue rey con el título de Carlos II.

El matrimonio con Felipe IV fue siempre difícil y una fuente continúa de sinsabores, debido a las continuas infidelidades del rey. Cuando el rey muere en 1665. Mariana debe asumir la Regencia por designación del Rey hasta que Carlos II fuera mayor de edad teniendo que hacer frente a muchos y graves problemas. La reina se siente sola en un momento de grandes dificultades políticas, militares, económicas y sociales. Pidió apoyo a su confesor, el jesuita Juan Everardo Nithard, que era su confesor desde 1649 en la corte de Viena. No sólo le aconsejaba en el aspecto religioso, sino también en el de la política, depositando su total confianza en él, lo que le llevó a actuar como un válido. Este puesto le granjeó numerosos enemigos, tanto en el mundo religioso, como en el político.

El testamento de Felipe IV impone, que el Inquisidor General debe ser miembro del Consejo de Estado. Nithard entró a formar parte del Consejo de Estado en los inicios de 1666. Fue nombrado Inquisidor General, que significaba estar en la cúspide de la Iglesia española. Para conseguir tal designación, la Regente Mariana de Austria consiguió que el Inquisidor General en funciones, el arzobispo de Toledo, renunciara al cargo. Nithard era de la orden de los jesuitas y en el voto de sus miembros dice que no se puede ejercer cargos políticos salvo que sea permitido por el Papa. Mariana de Austria presionó al pontífice Alejandro VII, para que le diera la autorización. Así en la bula papal, del quince de octubre de 1666, le eximió de su voto jesuítico.



La nobleza española estaba totalmente en contra de Nithard, al mismo tiempo, los dominicos se sienten desconsiderados desde el poder, pues son los jesuitas los que en ese momento tienen todo el poder terrenal del Estado. A pesar de todo, el papel de Nithard fue poco relevante. Su valimiento duró tres años y a él se debe la creación de la guardia Chamberga, firmó el Tratado de Lisboa, reconociendo la independencia de Portugal y prohibió las representaciones teatrales.

El papel de Juan José de Austria es muy importante. Cuando muere Felipe, tenía 36 años y su hermanastro solamente cuatro. En la cláusula del testamento de Felipe IV decía: “Por cuanto tengo declarado por mi hijo a don Juan José Austria, que le hube siendo casado, y le reconozco por tal, ruego y encargo a mi sucesor y a la Reina, mi muy cara y amada mujer, le amparen y favorezcan y se sirvan de él como de cosa mía, procurando acomodarlo de hacienda, de manera que pueda vivir conforme a su calidad, si no se lo hubiere dado yo antes de mi muerte”.

Mariana de Austria, lo veía como un competidor y lo relega continuamente. Juan José de Austria se queja, diciéndole: “… que no se dirá contra los más sagrado de mi intención si viese que su Majestad que Dios haga me abrió para concurrir en los bancos del Consejo, que es la puerta del toque de confianza, y el aprecio de los más relevantes vasallos, ¿acaso lo he desmerecido después acá con mi proceder, o se ha visto sombra o asomo que pueda oscurecerla? No señora, ni esto ha sido, ni puede Vuestra Majestad permitir que me haga un disfavor de este tamaño”.

Con la caída de Nithard, llega al poder Valenzuela, que inició una carrera política fulgurante, convirtiéndose en el personaje más influyente de la Corte madrileña.

El testamento de Felipe IV ordenaba que Carlos II sea mayor de edad a los catorce años. Llegado ese momento, la Regente Mariana de Austria presenta a su hijo un escrito en el que le pedía que dado el retraso de su educación y su debilidad física era preciso mantener la regencia dos años más. Para sorpresa de la Regente su hijo se niega a aceptar tal demanda y reclama sus derechos como rey. Esta posición de Carlos II fue aconsejada por su confesor Montenegro y por su hermanastro Juan José de Austria, al que había recomendado que se encontrara cerca de Madrid.

Sin embargo, la Regente Mariana de Austria ejerce su poder sobre su hijo Carlos II y consigue que éste acepte alejar a don Juan José de Austria de Madrid y lo destina a Aragón. Entre el válido Valenzuela y la Regente encuentran una solución de compromiso y consiste que en la Junta de Gobierno se prorrogue dos años, pero que en las reuniones participarían tanto Mariana de Austria así como el rey Carlos II. Sin embargo, este acuerdo no dura mucho, pues en septiembre de 1676, cuando Valenzuela es nombrado primer ministro, lo primero que hace es disolver la Junta de Gobierno. La nobleza considera esto un desatino y reclama el regreso de don Juan José, que es apoyada por el Consejo de Estado y el de Castilla.

A todo esto hay que unir que Carlos II deseaba el regreso de su hermanastro por el que tenía un gran afecto. Esto hace que Valenzuela huya de Madrid y Juan José de Austria entre triunfante en la capital. Se hace cargo del gobierno pero solo lo será durante tres años pues el 17 de septiembre de 1679 muere.

Mariana de Austria actúa después de su Regencia como viuda y se viste con hábitos religiosos. Los últimos años de su vida tampoco fueron felices. Sufría por las numerosas enfermedades de su hijo Carlos II, a ello debemos unir que su salud tampoco era buena. En sus últimos años sufrió un cáncer de pecho, que por pudor había ocultado a sus médicos. A finales de marzo de 1696 acabó revelando a los médicos aquel tumor que, asentado en el seno izquierdo, tenía ya el tamaño de la cabeza de un recién nacido. En mayo de 1696, Fallece en la casa de los condes de Uceda en Madrid, entre fuertes dolores.

En su honor se bautizaron las Islas Mariana que anteriormente se llamaron islas de los Ladrones. Son un conjunto de islas situadas en la zona septentrional de la Micronesia, al este de las islas Filipinas. La fosa oceánica más profunda del mundo situado cerca de estas islas también recibe el nombre de fosa de las Marianas.



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