Emilio Castelar y Ripoll. 4º Presidente de la Primera República Española y 77º del Consejo de Ministros de 1873 a 1874.

Cuarto Presidente de la Primera República Española durante la República Federal (1873-1874) y del Consejo de Ministros, desde el 7 de septiembre de 1873 al 3 de enero de 1874.



    Nació en Cádiz el 7 de septiembre de 1832 y falleció en San Pedro del Pinatar (Murcia), el 25 de mayo de 1899. Fue catedrático de Historia de España antes de ser elegido presidente de la Primera República en 1873, caracterizado por su excelente oratoria. El 10 de abril de 1865 se produjo en Madrid un fuerte enfrentamiento entre los estudiantes y las fuerzas del orden, los estudiantes protestaban por la destitución de Castelar de su cátedra, debido a la publicación del artículo "El rasgo", en el que criticaba a la reina; el enfrentamiento se saldó con nueve personas muertas y más de cien heridas. El incidente era un síntoma del descontento de la población hacia la política represiva y reaccionaria del Gobierno.

    El 2 de enero de 1874 al reanudarse las sesiones de Cortes, Emilio Castelar debía explicar la política de su Gobierno desde que fueron suspendidas las sesiones en septiembre del año anterior. En esos meses, trató de ganarse la confianza de los radicales y de los monárquicos, apoyándose en el Ejército para terminar con la situación de guerra que asolaba el país. Suavizó las relaciones con la Iglesia, muy deterioradas tras la presentación en agosto del año anterior de un proyecto de ley que contemplaba la separación entre Iglesia y Estado, así como por las disposiciones del proyecto constitucional, también presentado en agosto, que prohibía las subvenciones al culto. Castelar decidió proveer las sedes de Toledo, Sevilla y Tarragona, vacantes desde 1868, debido a que la Santa Sede no había reconocido el derecho de patronato de Amadeo I. Durante su comparecencia en la Cámara, la gestión política de su Gobierno fue criticada y se propuso un voto de confianza.

    El 3 de enero de 1874 el general Pavía, capitán general de Madrid, irrumpió violentamente en el Parlamento y lo disolvió cuando este se disponía a elegir al doctor Palanca como nuevo presidente del Gobierno. Momentos antes, Castelar había perdido la moción de confianza con 100 votos a favor y 120 en contra. Después del golpe, el general Pavía convocó a los representantes de todos los partidos, exceptuando el cantonal y el carlista, para que formaran un Gobierno de unidad. Con esta acción concluyó la República federal.

    Desde la restauración de la monarquía, Cánovas prohibió cualquier tipo de manifestación republicana. El movimiento se encontraba dividido entre un ala derecha, encabezada por Castelar, partidario de colaborar con el régimen, y un ala izquierda, compuesta por los federalistas, partidarios de una política de carácter revolucionario. En agosto de 1876 Salmerón viajó a París y constituyó, junto a Ruiz Zorrilla, el Partido Republicano Reformista. El día 25 de este mismo mes publicaron un manifiesto en el que propugnaban la reimplantación de la Constitución de 1869 y la unión de los intereses de la clase media con las más populares. Asimismo, defendieron una autonomía administrativa para municipios y provincias que no cuestionase la unidad constitucional.

    En abril de 1879, los constitucionales de Sagasta y los progresistas demócratas de Martos llegan a un acuerdo con vistas a las próximas elecciones por el que se comprometían a respetar al candidato mejor situado, retirándose el resto de la lucha electoral. El acuerdo, al que también se unieron los posibilistas de Castelar, fue válido para toda España excepto para Madrid, donde cada partido presentaría dos candidatos. Se decidió crear un directorio en el que figuraran Sagasta y Romero Ortiz por los constitucionalesMartos por los progresistas demócratas y Castelar por los posibilistas. Un sector del Partido Republicano Reformista de Ruiz Zorrilla se unió a esta iniciativa en el seno de los progresistas demócratas, el resto optó por un acercamiento a los federales de Figueras. El resultado de las elecciones de agosto de 1881 supuso la confirmación de la posición política de los republicanos históricos de Castelar, que se definió como demócrata y conservador, cuyos postulados no pretendían cuestionar la unidad nacional ni el orden social.

    El 30 de octubre de 1883, el Partido Republicano Histórico publicó en Madrid un manifiesto en el que reafirmó sus posiciones en favor de adoptar una organización de carácter republicano basada en el respeto de los derechos individuales y en el sufragio universal, e investida de los poderes necesarios para guardar el orden social. El partido reafirmó su apoyo a las medidas progresivas que pudiesen plantear los Gobiernos liberales y elogió las iniciativas adoptadas por el Gobierno de Sagasta en este sentido: reconocimiento del derecho de reunión y asociación, libertad de cátedra, etc. El 8 de febrero de 1888 el líder histórico, Emilio Castelar, pronunció un discurso en el que desaparecían sus reservas con respecto a la monarquía. El tono de este discurso presagió la fusión de su partido con el Liberal de Sagasta. El 11 de diciembre de 1892 Sagasta formó un Gobierno en el que se encontraban representados los líderes de las principales corrientes del Partido Liberal. Tras la salida de MartosSagasta logró reimplantar la disciplina en su partido y fortaleció su posición con la reciente incorporación de los posibilistas de Castelar. La figura con más peso político del Gabinete era el ministro de Hacienda, Germán Gamazo, que contaba con el apoyo de Antonio Maura, nombrado ministro de Ultramar.
Ramón Martín

Comentarios

  1. No sé porque tengo la sensación de que ya he leído esta entrada, pero no veo ningún comentario, igual estoy confundida. Como siempre un placer leerte. Abrazos

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    1. No te puedo decir, pero yo contesto a todos los comentarios que se hacen en mi Blog. Un abrazo.

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