Ampurias


La colonia griega más importante de la península Ibérica


Los fenicios son los primeros en dedicarse en el entorno del mediterráneo al comercio, fundando colonias por toda la costa. Los griegos siguieron con esta forma de comercializa, conquistar y colonizar a la vez. Una de las cosas más importantes que fueron legando allá donde amarraron sus naves fue la escritura, y en la Península Ibérica parece ser que lo hicieron por Emporion, posteriormente llamada Ampurias, situada en el cabo gerundense de Rosas.  

De los pueblos griegos fueron los focenses, originarios de la ciudad de Focea (Turquía), los que trazaron las primeras rutas comerciales por el Mediterráneo, al tiempo que instalaban una red de mercados (colonias) donde hacían sus cambalaches con los indígenas. Una de las más importantes fue, en el año 600 A.C. Massalia (Marsella), poco después fundaron Emporion (Empúries o Ampurias), el origen es un primer asentamiento en el istmo en donde se encuentra Sant Martí d'Empúries, en los primeros años del siglo VI A.C., dándole el nombre de Emporion (mercado). El mercadeo consistía en el intercambio de cerámicas, tejidos o perfumes por parte de los griegos y metales y cereales por parte de los indígenas. Pero a su vez introducen el uso de la moneda, el alfabeto y la escritura, y como no el torno cerámico. Como la cosa funcionaba, Emporion fue creciendo y se comienza a construir una ciudad conocida como Neápolis. Un tercer enclave es la ciudad romana, Emporiae, fundada en el cerro contiguo en el siglo I A.C.


Éste nuevo asentamiento romano tuvo un origen militar, al ser el punto de entrada en la Península, en el años 218 A.C. de la tropas romanas que en la Segunda Guerra Púnica vinieron a conquistar Hispania. Al sofocar una rebelión indígena en El Ampurdán en el año 195 A.C., se instaló un campamento romano junto a la ciudad griega. Controlada la rebelión, el campamento se transformará en una prospera ciudad. En la época del Emperador Augusto, ambas poblaciones se fusionarán viviendo un periodo de esplendor entre el siglo I A.C. y el siglo I D.C.

Los visigodos transformaron la ciudad en un poblado altomedieval, del queda una basílica paleocristiana.


Ampurias era conocida ya en el siglo XV, pero los trabajos de excavación no comenzaron hasta el siglo XVIII, aunque el mayor impulso fue en 1908 a iniciativa de la Junta de Museos de Barcelona. El impulsor del proyecto fue Josep Puig Cadafalch, siendo los trabajos de campo dirigidos por Emili Gandía.

Las excavaciones han continuado a lo largo del siglo XX y XXI, con diversos responsables de las mismas: Martín Almagro Basch, Eduardo Ripoll y Enric Sanmartí.

Al entrar por la puerta de acceso nos encontramos con un templo, supuestamente dedicado a Asclepios, dios griego de la medicina, del que se encontró en 1909 una estatua en una cisterna. Dicha estatua se encuentra en la actualidad sobre las ruinas.

Frente a este otro santuario dedicado a Isis y a Zeus Serapis, divinidades de origen egipcio.


Continuando por la calle principal hacia el ágora, encontramos la plaza porticada centro político y comercial de la ciudad, la casa del atrio, o la fábrica de salazones.

Mucho más extensa que la ciudad griega es la ciudad romana, donde encontramos la reconstrucción de una vivienda, Domus I, en la que podemos ver la distribución y admirar los mosaicos que adornaban sus suelos, en una de ellas se conserva en muy buenas condiciones uno que representa el sacrificio de Ifigenia. Pero el recinto más espectacular, sin duda es el foro, centro político, religioso y económico de la ciudad. Uno de los edificios más espectaculares fue un templo dedicado a Júpiter, Juno y Minerva.

Fuera del recinto encontramos un anfiteatro y una palestra, el anfiteatro construido con materiales de baja calidad, estaba rodeado por un pórtico.

Tras visitar la ciudad griega y la ciudad romana es obligado visitar el Museo de Arqueología de Cataluña en Empúries donde podemos encontrar piezas de un alto valor: Un conjunto de herramientas de bronce ibéricas, Monedas de la ceca Untikesken de Empúries, una Carta griega sobre plomo, una Crátera ática de figuras rojas, una figura de terracota representando a un Panadero, una Inscripción romana de bronce, un Altar doméstico, un Laude sepulcral en mosaico, una Estatua griega de Asclepio y un Kemos griego entre otras piezas de alto valor arqueológico.




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